Como un Niño




Hoy desperté con una sonrisa de tres dientes, sí!, esa clásica mueca, como en aquellos tiempos en el que el algodón de azúcar era el dulce néctar de la felicidad. Me acuerdo como si fuera ayer, la pibada se arremolinaba derredor de aquél hombre y de su magnífico cielo de arcoiris esponjosos, ése mortal sin rostro era el sabedor del misterio de batir el palillo milagroso en aquel tazón de aluminio ardiente acaramelado. Los gritos fervorosos al unísono, a mí!, a mí!, a mí!, era la ruidosa batalla por conquistar la posición de ser el próximo soberano de esa nube perfecta, dulce y milagrosa pieza de gloria.

6 Espectros :

Diego Planisich dijo...

Yo le decía espuma... y una vez en una fiesta patronal -se paraba la ciudad- me compré una manzana acaramelada que traía pororó pegado... y -por dentro- estaba podrida la muy paciente.

Gustav Dracko dijo...

jajajajaja que maaaaaaaaaaala pata, la manzana un poco se perdió en el tiempo, pero cuando vivía en el pueblo en algunas ocasiones vi que las hacían (pero nunca me llamaron la atención).

Alejandra Vietri dijo...

Me trajiste todo el amor y el dulce de la infancia!!!

Gustav Dracko dijo...

=) a veces un recuerdo tan sencillo me devuelve sonidos, voces, fragancias, rostros. No es melancolía ni nada por el estilo, son ciertos momentos que a veces olvidamos por la vida que llevamos y cuando vuelven a uno son como una ola inmensa de frescura que renuevan nuestros ánimos.

Bueno Ceci, espero te dure y tengas un dulce fin de semana (=

Alejandra Lucía Rotf dijo...

Escribiste de tal modo que se puede sentir la experiencia, casi tocarla. Inunda los sentidos. Gus: estás adquiriendo una cualidad como escritor!

Gustav Dracko dijo...

Jajaja gracias Ale pero no será mucho?, estoy en etapa de cambio en mi forma de escribir nada más =)